Tus ojos quemaron las líneas incansables de los libros de madrugada. Inyectaste alcohol en tus neuronas y surgieron poemas hermosos que jamás nadie escribió. Una enciclopedia anónima de literatura, enterrada hoy como cualquier cuerpo fofo. Te convertirás en polvo y el egoísmo envenenó el legado que debiste dejar, a un mundo hueco y ciego.
La distancia nunca me hará olvidar, aquellas tardes de domingo con Bosa y Prosa. Espero verte y no en el infierno de Dante.
La distancia nunca me hará olvidar, aquellas tardes de domingo con Bosa y Prosa. Espero verte y no en el infierno de Dante.
RIP Tío Heno.