No entendía porque todos estaban conspirando en contra de ella, hasta tener que aislarse de la multitud, en aquel castillo de cristal para curar las heridas pestíferas por la inoculación y aquellas no eran por otros, sino por ella misma. Descubrió que era producto de un espejismo y nada existía; aunque ciertamente nadie la entendía y es por falta de estar acompañándose a si misma.
Se dejaba fascinar con cualquiera, aunque brillara menos y entregaba su alma dejando el ser totalmente vacío. Por destino, un Ángel verde la rescata, siente que aumentan sus sentidos, la percepción cambia de blanco y negro a color libertad, .se desaísla. Y quizás ya nada apagara su aura de paz.