Ya se activaron por el recuerdo de lo que algún día fue magnánimo, los genes autodestructivos en mi mente y en mi desdichada alma, la que no resiste una cicatriz mas. El odio y la esclavitud se han impregnado para convertirme en un cuerpo putrefacto que no resiste nada bueno, ya que prefiere seguir sumergido en lo infortunado que se ha convertido su vida. ha comenzado a fluir el naufragio de los gritos desesperado de dolor en mi mente. E inicia la cuenta regresiva del final de mis tiempos, hasta llegar a cero y cuando llegue ese momento tendré el único respiro de paz.
Suicidio...