Melancolía invade mi alma, porque tu no estas. Una herida incurable aumenta sobre mi piel porque tú no estas. Un desértico silencio me golpea la mente con gritos y lamentos. Ya no soporto tu mirada en nuestra despedida, clavada en el centro de mis días. Cuantas horas pasaran eternas hasta que el sabor de tus labios se pierda con el tiempo. Cuando comenzaste a estudiar cada uno de mis pensamientos, mis debilidades, mis vulnerables defensas; Almacenando en tu memoria mis pasos, mis risas, mis raptos de locura, mis estados de niñez. Pues ahora no puedo dar un paso que no conozcas y no puedo engañarte, mi corazón, mi espíritu, mis sentidos y el resto te pertenecen y así será hasta que se desintegre mi esencia.
